Acerca de mí...

Hola, soy Dany Alva y llevo más de 25 años tocando la batería. En este período, especialmente los últimos 10 años, he estado volcado en enseñar el arte de tocar la batería.

Mis comienzos con la batería

Crecí en el seno de una familia humilde en un barrio de Madrid. En mi familia nadie tocaba ningún instrumento y tampoco conocía a nadie de mi entorno que lo hiciera. Por esta razón, ser músico nunca había formado parte de mis planes.

Por mi cabeza nunca había pasado la idea de ser batería hasta que unos amigos del instituto, que tenían un grupo de música, me propusieron que cantara con ellos en el grupo. Y yo sin tener ni idea de música y mucho menos de cantar les dije: ¿por qué no? A mí siempre me ha gustado mucho la música y eso de estar en un grupo parecía ser muy divertido. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la batería?, te preguntarás.

Lo cierto es que cuando íbamos de camino al primer ensayo (alquilamos un local por horas) me comentaron que Abel, que estaba tocando hasta ese momento la batería, quería pasarse a cantar. Así que había un cambio de planes. Ahora necesitaban un batería y allí estaba yo, dispuesto a lo que fuera con tal de pasar un buen rato con mis colegas.

La experiencia fue indescriptible. No tengo palabras para expresar lo que sentí. Podría decirse que es lo más parecido a un flechazo, como enamorarse a primera vista. En este momento fui consciente de que la batería iba a ser una parte muy importante de mi vida.

Se puede decir que empecé a tocar la batería por azares del destino. Nunca antes me lo había planteado, aunque he de admitir que siempre me ha llamado mucho la atención. 

De las primeras veces que toqué una batería

Cuando escuchaba música siempre sentía de una forma muy especial la batería e incluso la acompañaba con golpes que imitaban los ritmos que escuchaba.

El primer gran problema que me encontré fue cómo practicar los ritmos que tocaba en las canciones si todavía no podía disponer de una batería. Además, era perfectamente consciente que conseguir que mis padres me compraran una batería se convertía en algo imposible debido a nuestras circunstancias. Entonces me las apañaba para practicar con los sofás, almohadas y cojines de mi casa mientras escuchaba las canciones.

En este punto me empecé a plantear si merecía la pena seguir tocando la batería, aunque fuera mi gran pasión.

El peor momento de mi vida

Al poco tiempo de empezar con la batería me pasó algo profundamente triste. Con apenas 16 años perdí a mi madre de una forma totalmente inesperada. Fue un golpe terrible. Algo que me ha marcado durante toda la vida. Mi madre era el pilar de mi familia. Nunca lo he podido entender, pero parece ser que en la vida estas cosas pasan, aunque sean muy injustas y dolorosas.

Todo esto hizo que mi mundo se tambaleara. Por un tiempo estuve sin rumbo intentando asimilar como superar esta pérdida. Por fin llegué a la conclusión de que nunca lo superaría. Por tanto, tenía que aprender a caminar con ello a mis espaldas, como una pesada mochila que nunca me podría quitar.

Entonces, allí estaba la batería y allí también estaba la música. Me refugié en ellas. Ambas me ayudaron a tirar hacia delante en los momentos más duros.

 

¡Por fin, mi primera batería!

Todavía no tenía mi propia batería, y eso que llevaba tiempo pidiendo a mi padre y a mis hermanos que me la compraran. Lo sentimos mucho pero no se puede, me decían. Incluso mi padre me decía: ¡tú estás loco! ¿dónde vamos a meter una batería en casa?

No sabía qué hacer. Yo estaba estudiando en el instituto y no tenía dinero. Me tocaba resignarme.

De pronto todo cambió cuando solicité una beca por estudios y… me la concedieron. El hecho de haber perdido a mi madre y pertenecer a una familia humilde me dio la oportunidad de percibir cierto dinero para que yo siguiera estudiando. No recuerdo cuánto dinero era, lo único que sé es que nos venía de perlas. Entonces les hice una única petición a mi familia: ¡por favor quiero una batería! la más barata, me da igual. Y todo esto lo hablé con mis 2 hermanas, Alicia y Cristina, a escondidas de mi padre. Ellas accedieron y me hicieron el chaval más feliz del mundo. Muchas gracias hermanitas os quiero un montón.

Le pedí un favor a mi amigo Luis que tenía coche y me presenté en casa con la batería. Mientras la desembalaba apareció mi padre y muy cabreado me dijo: ¡Al final te has salido con la tuya eh! Y se marchó.

Mis maestros

Estuve tocando en casa un par de años. Ya con 18 años empecé a trabajar y entonces pude alquilar un local con mi grupo para ensayar. Antes sólo podíamos ir a ensayar por horas. Ahora podía dejar allí la batería e ir a ensayar al local cuando tuviera tiempo.

En este punto me di cuenta que empezaba a tener dolores en los antebrazos y la espalda. Tocaba con mucha tensión y acababa destrozado cada vez que ensayaba, y no te digo después de un concierto. Necesitaba que alguien me ayudara, que me guiara en este camino.

Me puse a buscar a profesores que me pudieran enseñar a tocar mejor, ya que hasta ahora yo me las había apañado como podía de forma autodidacta. Después de probar con algunos profesores tuve la suerte de conocer a Shiddhartha, que daba clases justo en los locales dónde ensayábamos, “La Factoría” en Madrid. Era un poco mayor que yo, pero llevaba más tiempo tocando y me impresionó cómo lo hacía. Me acuerdo que estuve hablando con él y antes de empezar las clases me dijo que me pasara a verle a un concierto. Tocaba realmente bien. Además, tenía un estilo elegante y moderno y hacía sonar la batería muy bien. Era el perfil de batería en el que yo me quería convertir, el perfecto equilibrio entre técnica y musicalidad.

Tengo que dar las gracias a Shiddhartha por enseñarme a ser mejor músico y batería. Con él aprendí todo lo necesario para convertirme en profesional y siempre me ha ayudado mucho en mi camino.

Después de haber estado formándome unos años con él, me dijo que había llegado la hora de que probara con otros maestros de batería.

Un poco más adelante ocurrió otra gran transformación en mi vida. Siempre he sido un gran admirador de Pedro Barceló. Es una gran influencia para mí y me preguntaba si de alguna forma sería posible recibir clases con él. Después de estar dudando un tiempo me armé de valor y le puse un correo pidiéndole si podría tener unas clases con él. Lo mejor de todo es que me contestó diciendo que sí, siempre y cuando se lo permitiera su agenda claro. Tuvimos varias sesiones y me dio las claves de lo que yo siempre he estado buscando.

De Pedro Barceló aprendí a cómo tocar la batería de una forma muy diferente a la que se hace habitualmente. A cómo usar tu técnica de forma musical y a ser un músico que toca la batería al servicio de la música. Aprendí a disfrutar al máximo cada vez que toco y a transmitir emociones dejándote llevar por la música. Me hizo descubrir la magia que tiene la batería.

Muchas gracias Pedro.

Mi propia escuela

Tras varios años como profesional tocando en grupos, orquestas y artistas, no acababa de sentirme bien. Me sentía vacío y tenía la sensación de que esto no era lo que yo había soñado. Se había convertido en un trabajo más dónde el único aliciente que tenía era el dinero, ya que la música que estaba tocando no me llenaba y por eso no estaba dando lo mejor de mí.

En esta época comencé a impartir clases de batería de forma particular. Noté que volvía a despertar la ilusión en mí. Había encontrado mi vocación. Me sentía muy bien enseñando a otros y ayudándoles a mejorar, tal y como mis maestros Shiddhartha y Pedro Barceló habían hecho conmigo.

Después de varios años impartiendo clases y junto a mi pareja Elenacreamos La Escuela de Artistas “El Trastero Musical”. Elena es una excelente cantante y profesora, y juntos hacemos un equipo fantástico.

Por fin había conseguido sentirme en plenitud respecto a mi faceta como músico. Ahora todo tenía sentido. Estaba haciendo lo que tenía que hacer y me sentía genial.

El próximo reto

Después de haber creado mi escuela presencial en Valladolid y hacer que funcionara, se mantuviera y que fuera creciendo poco a poco gracias a la satisfacción de nuestros alumnos, he decidido crear un espacio online para ayudar a otros baterías. De esta forma quiero seguir aportando mi experiencia y conocimientos a todos aquellos que les apasione la batería y la música, aunque no puedan venir de forma presencial a la escuela.

Aquí me tienes para cualquier cosa que necesites.

¡Nos vemos en los escenarios! 

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